Otra oportunidad perdida para reordenar el territorio
El archipiélago canario viene experimentando un desarrollo que consume, año tras año, grandes cantidades de territorio. El número de viviendas, hoteles e infraestructuras de transporte crecen como si el espacio fuera infinito y, aunque con excepciones, la degradación se impone, siendo necesario destacar el problema de contaminación costera y marina a la que se enfrentan las islas. El desarrollo sostenible que muchos ciudadanos canarios pretenden, choca con iniciativas como la Proposición de Ley para modificar el texto refundido de las Leyes de Ordenación del Territorio y de Espacios Naturales de Canarias y así poder declarar urbanos todos los pueblos afectados por la Ley de Costas. Una iniciativa que pretende potenciar el otorgamiento de concesiones administrativas a las edificaciones que están en áreas dentro de dominio público hipotecando el futuro del medio natural canario.
Esta mañana leía que el grupo empresarial Inversiones Marylanza proyecta levantar el primer hotel de cinco estrellas dentro del Plan Parcial del Mojón, en el municipio de Arona. Aún sin habernos recuperado de la crisis que nos azota desde hace casi ya diez años la historia se repite. La especulación sigue siendo la que rige el futuro de los lugares que habitamos con construcciones ajenas al medio y a sus habitantes. Una enorme zona de oportunidad perdida para estructurar y reordenar esta “ciudad turística” que nunca existió en el sur de Tenerife, una máquina al servicio del ocio pero que nunca fue pensada como hogar de los tinerfeños. Una agregación de piezas al servicio del turista (añadir la reflexión sobre lo que leí del turismo de Barcelona) muy alejados de los requerimientos del día a día de los trabajadores de las zonas turísticas, quienes parecen no haber existido nunca. (Al menos nadie se ha acordado de ellos). Foto del mojón tratada para la tesis
En Tenerife seguimos creando territorios monofuncionales en dirección opuesta a las corrientes actuales de las ciudades más desarrolladas del norte de Europa donde las funciones del habitar, el ocio, el trabajo o la cultura cada vez están más próximos, se concentran en menos metros cuadrados, todo es posible en cualquier momento y lugar, la mezcla de usos ocurre incluso dentro de un mismo edificio.