La propuesta responde a las condiciones climáticas del lugar potenciando el atractivo y valor del paisaje autóctono. Fuertes vientos, escasez de agua, elevada humedad y mucho sol. En el lado oeste, el ruido y las visuales del aeropuerto se mitigan reforzando la barrera existente con un parque dunar a lo largo del canal. Estas dunas canalizan el viento propiciando el efecto venturi en la zona de los aerogeneradores y quitan de la vista la valla del aeropuerto.

En el centro, un cráter protegido del viento forma el Oasis, el lugar más óptimo para torres captadoras de humedad. En los bordes generamos una Banda de Sombra con elementos de captación solar.

La accesibilidad al solar se resuelve con tres puertas a tres plazas. La imagen final es fruto de la inspiración de la propia isla, cráter habitado y paisaje productivo. Dunas, volcanes, vegetación xerófila, colores identitarios y materiales del lugar. La misma tierra que extraemos para excavar el oasis central se utiliza en la formación de las dunas. Dos zonas de bajo mantenimiento permiten poner más recursos en la gran banda dotacional central y la plaza de remate del paseo marítimo.