Camberra busca reconvertir la ciudad dormitorio de Queaenbeyan, en un centro neurálgico y de esparcimiento junto al río. Se apuesta por la mezcla de usos y la reorganización de las circulaciones para conseguir un entorno más amable para el peatón. Así, comercio, ocio y vivienda conviven eficazmente y mejoran la calidad de vida. Lo primero es jerarquizando el espacio público según tamaño, flujo y uso. Monaro Street, la calle principal, tendrá generosas aceras para facilitar el tránsito peatonal y fomentar el comercio. Los “lanes”, serán luminosos pasajes que comuniquen rápidamente. Y las plazas son enormes espacios donde se desarrollen múltiples actividades, grandes lugares donde también parar y respirar. Los coches se reubican y se reconvierten en tres plazas temáticas para la ciudad. Unos marcos perimetrales, enfatizan su carácter y generan un corredor peatonal entre este y el resto de bloques, un nuevo anillo de actividad a pie de calle donde los límites de las manzanas están claramente delimitados, alineando las fachadas y aumentando la densidad hacia la calles. Se demuelen los edificios existentes deteriorados o de usos incompatibles. Los huecos se rellenan con tipologías flexibles respetando la modulación de lo trama existente y mejorando la ventilación y luz natural por los patios. Por último, es clave el acceso al río. Se desplaza la vía rodada y los aparcamientos bajo la nueva edificación, creando un nuevo paseo verde a lo largo del río.