Desarrollo residencial sobre una parcela en pendiente de 3850 m². El programa consta de tres viviendas, para tres hermanos, de quinientos metros cuadrados cada una. Y un conjunto de adosados, en torno a una urbanización con servicios comunes, en la parte más baja. El fuerte desnivel del terreno se aprovecha para disponer las piezas, de forma que no se interrumpan las vistas hacia el océano y la isla de la Gomera al fondo. Cuatro terrazas sobre las que se colocan tres villas y un desarrollo en L de adosados. Dos de ellos, de ciento cincuenta metros cuadrados, se alinean al este y los otros cuatro, de cien metros cuadrados, se sitúan y se abren al sur. De esta forma se evitan las vistas cruzadas y se gana intimidad. La imagen final es de un conjunto cuyas piezas dialogan unas con otras y con el entorno. Los colores y lo materiales del propio lugar, contribuyen a generar armonía en el sitio.