Ampliación de una escuela de enseñanza primaria de los años 70. El edificio de ladrillo existente, cuya modulación nos permite generar nuevos espacios de dimensiones variables, se ocupa con las zonas comunes y de servicio. Los nuevos volúmenes lo conforman dos clusters de cuatro aulas entorno a una habitación interior de uso compartido y cuatro exteriores, donde alumnos de distintas edades interaccionan.

El espacio que resulta en el encuentro de ambos edificios es la espina central de la propuesta donde los niños leen, comen, juegan…bajo unas grandes burbujas y luces de colores. La utilización de puertas dobles alineadas permite una circulación fluida donde los límites y la compartimentación espacial se diluyen a favor del movimiento y la conexión.