Intervención sobre 25 km de estrecho cordón litoral de tierra, que conecta las Salinas de San Pedro del Pinatar al norte, con la población de Cabo de Palos al sur. Se trata de una franja de 700 m de máximo y un ancho mínimo de 80 m, que hace de barrera entre el Mar Mediterráneo y los 170 km2 del Mar Menor. Con una profundidad media de 5 m de agua salada y un clima privilegiado, hace sus condiciones idílicas para los deportes acuáticos. Un preciado enclave turístico entre dos mares, dos temperaturas, dos salinidades. El paisaje originario de La Manga se estructura en franjas longitudinales definidas entre sus dos mares, las playas, el sistema dunar y una línea de acceso central que conectaba las salinas. Su marcada horizontalidad enfatiza cualquier elemento vertical destacando el telón fondo de la Cordillera montañosa del sur, los islotes y sus microtopografías. Esta fragilidad, tanto ecológica como perceptiva del lugar, requiere de una especial sensibilidad en la intrusión de elementos ajenos, que necesitan de una estructura para su disposición y relación de las piezas turísticas entre sí. Se propone entender un proyecto de territorio frente a un proyecto barra con una oferta de usos complementaria en torno al borde del Mar Menor. Haciendo un gradiente de intensidades territorial según densidad de población, accesibilidad e infraestructuras, valor y fragilidad del paisaje y oferta turística. Los ritmos del paisaje construido son inversamente proporcionales a los valores del mismo y niegan una ocupación constante, marcando el territorio a modo de hito, con una clara lectura de su uso y vocación de ocupación. La accesibilidad al territorio confía en la movilidad acuática y la vía rodada externa que da servicio a las poblaciones unidas por un buen sistema de transporte público.
Master Arquitectura del Paisaje, UPC
Mª Inés Saavedra y Jordi Llort
La Manga del Mar Menor, Murcia (España)
2015